Disfrútenlo... ¡Sé que les va a gustar!
Son pequeñas historias para gente joven, escrita por gente joven...
Bueno, aquí les dejo la primera historia disponible en el blog. Comenten qué les parece:
Vuelo Perdido
Los dos iban bajando por la calle, y vieron hacia el frente. Las luces de la ciudad por la noche brillaban, volviendo naranja las nubes. Se podían distinguir algunas calles cercanas. Las lejanas se veían como miles de puntos. Además, se podía distinguir el aeropuerto casi a la perfección, con sus luces en línea para que los aviones pudieran verlas desde arriba.
En ese momento, los Tres Grandes Aviones estaban despegando, igual que todos los días a esa hora. Se veían tres grupos de luces que ascendían hacia el cielo; algunas encendiéndose y apagándose. Los dos habían visto antes el despegue, por lo que no les pusieron mucha atención. Así que siguieron caminando. Pero, de pronto, uno de los dos vio hacia arriba nuevamente, hacia los aviones, y notó que sólo se veían dos grupos de luces ascendientes. Faltaba el tercer avión. Le avisó a su compañero.
Poco fue el tiempo que tuvieron para reaccionar, pues en el lugar donde debía estar el tercer avión empezó a distinguirse una nube gris, la cual, poco a poco y desde el centro, comenzó a volverse anaranjada. La nube naranja explotó, haciendo que los dos aviones restantes se movieran sin control, iluminando el nublado cielo nocturno.
Muy pronto, la onda expansiva de la explosión los alcanzó a ellos, sintiendo una gran sacudida, al mismo tiempo que los vidrios de las casas junto a ellos vibraban fuertemente. Al mismo tiempo que la onda expansiva alcanzaba cada lugar, las luces se iban apagando, dejando a toda la ciudad bajo una densa oscuridad, sólo aliviada por la luz de la luna que a veces se colaba por entre las nubes.
Los dos, asustados, se quedaron parados donde estaban, paralizados. Desde donde estaban podían ver los restos aún en llamas de los tres aviones, pues los otros dos también habían explotado. Los restos caían sobre la ciudad, obviamente cayendo sobre los edificios y, lamentablemente, sobre la gente dentro de ellos. Mientras los restos caían
El sonido de ambulancias se comenzó a escuchar, acercándose y luego alejándose, dirigiéndose al área donde los incendios comenzaban. Fue entonces cuando la gente empezó a salir de sus casas. “¿Qué pasó?”, decían con la poca luz que había. “Explotaron los aviones”, dijeron algunos que habían visto por la ventana.
Un poco de ceniza comenzó a caer del cielo. Apenas la podían ver.
“¡Qué feo que haya pasado eso!” dijo una niña. Y es que los aviones casi eran un símbolo del país.
“Nunca había pasado algo así”, dijo una anciana. “Por eso dicen que la tecnología es mala”.
“Pero no es eso lo que importa”, dijo un señor, ”sino toda la gente que iba allí. ¡Están muertos!”
“Creo que mi esposo estaba ahí”, dijo una señora, hablando tranquila, para convencerse de que no estaba. Aún así no estaba segura.
Entonces los dos siguieron bajando por la calle, hasta llegar a su casa. Eran vecinos. La madre de uno estaba afuera, en la puerta.
“¡M’ijo, estás bien!”, dijo ella. “Creí que ya estabas en el aeropuerto”.
“Es que se me olvidó el pasaporte aquí en la casa. Y tenía que volver”, respondió su hijo. “Así que perdí el vuelo de esta noche. Yo creo que tuve suerte”
-------------------------------------------------------------------------------------------------

Cette création est mise à disposition sous un contrat Creative Commons.
1 comentario:
:O....muy intresante!!!!...segui escribiendo!!!!..
Publicar un comentario